Llueve en Barcelona, también sale el sol

Llueve en Barcelona


A veces el amor se transforma en formas tan diferentes y sorpresivas que llega a ser un triángulo.
Llueve en Barcelona lleva un nombre melancólico, pero la obra expresa una realidad voraz que no permite que predomine ningún sentimiento, todo se mezcla como en la cotidianidad, donde una tristeza lleva un poco de esperanza y la felicidad siempre tiene un dejo de nostalgia.
Lali, David y Carlos, tres tíos encantadores, Lali (Virginia Smith) es una puta, sólo eso. Su carácter es alegre, lleno de esperanza y tiene un gran futuro por delante; David (Hamlet Ramirez) es el dueño de una librería que con su aire intelectual y sus ademanes serenos ha cautivado a Lali, él es el opuesto a Carlos (Israel Almanza), el regenteador intenso, rebelde, joven, un canalla de buen corazón.
Todo pasa en el departamento de Lali, un pequeño lugar de Barcelona que nos transporta a la cercanía de la playa. La escenografía bellísima y minimalista cubre las necesidades del espacio perfectamente y se lo debemos a Sandra Socci y Abel Soto. La dirección va por Rodolfo Guillén. El diseño de vestuario es totalmente acertado y es obra de Libertad Mardel, con quien tomé clases de impro alguna vez. El mundo es pequeño.

Llueve en Barcelona

La obra es muy bonita, quizá no tiene una gran vuelta de tuerca, ni una intensidad pasmosa, pero tiene veracidad, ese toque de realidad que nos sumerge en la historia con personajes cercanos y hermosos por su gran humanidad. El final es una sorpresa disfrutable.
La compañía Teatro en Exceso (@TExceso) está detrás de todo. Síganlos y conozcan sus otras ofertas teatrales: Muerte Súbita, Señorita Lisístrata; y para octubre: Los Chicos de las Gabardinas y Job
Llueve en Barcelona quizá me dejó más a mí que a otros, por las historias que tendremos en el futuro, porque el teatro, la música y la literatura te buscan cuando les cuentas tus planes y te enamoran de las ciudades que visitarás y de la gente que verás, aún sin conocerla.
A esta ciudad protagonista le digo que pronto nos encontraremos. Es promesa.

Por Arely Domínguez. Junio 2014

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