No fue precisamente Bernardette. Bukowski a escena.

No fue precisamente Bernardette

Si tu objeto del deseo aparece y desaparece de tu vida dejándote con dudas, con un hueco y, por supuesto, con ganas, es necesario que veas esta obra. 
Inspirado en 3 cuentos de Bukowski -un borracho, misógino lleno de humor negro- Adrián Vázquez crea un unipersonal (él escribe, dirige y actúa) que retoma los personajes, el estilo y la crudeza de este loco genio del siglo XXI para traerlos a la vida sobre un escenario.
Adrián Vazquez  tiene un talento particular para ejecutar personajes explosivos, que le van muy bien al protagonista de estas historias. Chinaski (alter ego de Bukowski) se mete en situaciones incómodas, lujuriosas y tremendamente divertidas. Pero no sólo eso, Adrián también nos seduce con su versatilidad y encarna mujeres tontas, perdedores, ancianos y forajidos, nos manipula a su gusto a través de su expresión corporal. Todo él es un teatro viviente.
Quizá lo recuerdan por su trabajo en Más Pequeños que el GuggenheimEl Hijo de mi padre o Bosques y Litoral (de la trilogía Incendios), pero en No fue precisamente Bernardette Adrián es irreverente, intimidante, amargado e hilarante. Como extra, no lleva camisa en toda la obra y, si tienen suerte de sentarse al frente, pueden notar su esfuerzo muscular cubierto de ligeras gotas de sudor brotando en su torneado cuerpo.
No fue precisamente Bernardette

Definitivamente, y lo advierten, esta obra no es apta para menores de 16 años, el 70% de los diálogos lo acompañan groserías: “¡A la verga! ¡El peatón no es primero!” o “Algunos se cogían a sí mismos, logrando el candado”. También hay un alto contenido sexual, pero no llega a ser incómodo.
En el Shakespeare se presenta en el foro del restaurante, así que una cerveza es el mejor complemento para reír por hora y media. Búsquenla, maten por ir, disfrútenla y compártanla. Hay muy pocas obras que exploran el pudor humano de manera divertida y brutal.
Por Arely Domínguez. Marzo 2014

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